Ya sé que estaba súpeeer perdida y hace mucho no postiaba, pero volví y con una súper amiga #EnCuquitos.
Maria Alejandra Velilla es relacionista pública, blogger y estudiante (tiene mil descripciones más, pero nos llenaría todo el post), así que solo diremos que es una tesaaaaaaa y quiere hacer algo grande en el mundo.
Y pues hoy vamos a explotarle la burbujita a todos esos hombres con el ego demasiado inflado y una tendencia exagerada a creer que nosotras las mujeres somos pendejas, o mejor dicho que vivimos “empendejadas” con la idea de estar enamoradas.
Me atrevo a generalizar, porque todos y cada uno de los hombres que conozco (incluyéndolos a ustedes, queridos mejores amigos), me han salido con al menos un comentario cínico, que da por sentado esto.
Obviamente hay diferentes clases de cinismo, pero el más campeón, es el que se les escapa cuando ven que todo está avanzando muy rápido y nos quieren terminar y salen con su repertorio de frases trilladas, algo así como: –“No estoy en un momento de mi vida, en donde pueda sacarle tiempo a tener una relación” o – “me quiero enfocar en mi carrera”, o todas esas bobadas familiares al –“No eres tú soy yo”.
Yo ya escucho esto y sonrío, no por las excusas pendejas, sino porque ¿quién les dijo que nosotras nos morimos, por estar en una relación sentimental? ¿qué tan egocéntricos pueden llegar a ser?, para deducir, por pura imaginación, que nosotras estamos perdidas en el amor y que queremos que nos pongan un anillo en el dedo.
No señores, las mujeres también tenemos derecho a querer disfrutar de ustedes, disfrutar del momento y simplemente ver cómo va evolucionando la cosa. Nosotras también queremos el coqueteo, la intermitencia casual, las sonrisas pícaras y las escapadas nocturnas, nosotras también tenemos derecho a vacilar, a darle espacio a que las cosas pasen, sin afán, sin preguntas y sin reclamos.
Por esto, y a causa de que el género masculino lo necesita urgente, quiero hacer un headline para todos esos hombres que creen que porque ellos nos “terminan” a nosotras, (algo que ni hemos pedido empezar), entonces somos nosotras las que lloramos, moquiamos y babiamos por ellos el resto de nuestros días.
He tenido, no sé si la fortuna o la desgracia, de escuchar como grupos de hombres comentan lo siguiente:
-“Esta vieja me escribió, sigue tragada de mí, pobrecita”
Y me toca a mí interrumpir a decir:
Really?
-“Pepito, pero ayer no era tu cumpleaños”
-“Sí, claro”
-“Entonces la vieja no está tragada de vos pendejo, simplemente te felicitó”
Y tienen el CINISMO de responderme:
-“¿Que pasa que sea mi cumpleaños? Mirá no más el parrafote que me escribió. Yo a esa vieja le puedo hacer cuando yo quiera, pero soy tan buena persona, que no me la como porque pobrecita, se demoraría más en superarme.
No ha sido una vez que he oído esta conversación y tampoco ha sido una sola persona, han sido muchos y muchas veces. No podemos ser la que les escribe porque: –“Pobrecita, sigue entusada por mí” Otra vez lo digo, NO SEÑORES, nosotras también escribimos por cordialidad, por cariño de lo que fueron y no de lo que son ó simplemente por pura aburrición.
Bájenle dos y tómense un tinto, en caso de que no sea su cumpleaños y les escribamos, TAMPOCO significa que nos muramos por ustedes, bájense de la nube, nosotras también tenemos derecho a tener ganas de un encuentro no tan emocional sino más bien, muy corporal.
Sin embargo, esto no significa que si lo tenemos, luego vamos a estar llorando y ustedes no nos puedan ni saludar porque nos vamos a arrodillar a rogarles.
Muchos creen que cuando echamos “pa’ atrás” y volvemos por “una canita al aire”; la siguiente vez que nos veamos no pueden mostrar mucha emoción porque a nosotras se nos va a salir la loca interior y vamos a pensar que quieren volver.
Les cuento queridos amigos, que a veces ustedes son más mujeres que nosotras, que racionalizan más todo, que le ponen más significado a una coma y creen todo lo que sus amiguitos les dicen.
Si dejaran tanta bobada, podrían ver que lo que no fue, también puede llegar a ser una amistad bacana, y no solo esa incomodidad cansona de los ex con un sentimiento de, “vente pa’ acá que estoy borracha”.
Dejen de creer en cuentos y desháganse de ese efecto AXE con ínfulas de tumba locas, porque nosotras a veces queremos el tilín, tilín y no la paleta; sabemos que las cosas también se acaban, que a veces no fluyen y que no todos son el -hombre de la vida- Así que lamento dañarles la película, pero no todas corremos como damiselas en apuros esperando que nos pongan la zapatilla.
Por: María Alejandra Velilla. @mariaalejandravelilla
Edición: Mónica Ortiz. @moniortizm
Acerca de Maria Alejandra
Maria Alejandra
«Soy una persona que cree que lo más importante es seguir aquello que nos haga sentir vivos, yo por ejemplo, vivo escribiendo.
Tengo 22 años, soy de Cali y mi mayor talento, quizás, es que tengo un don de gentes grandísimo (al menos así lo diría mi mamá). Me apasiona mucho conocer personas y aprender de ellas y cuando alguien me toca, negativa o positivamente, escribo sobre ellos.
Solo tengo una adicción, soy adicta a todo lo que me hace sentir mariposas en el estómago (super cliché, yo sé) sin embargo, creo que aquel que se haya inventado esa expresión, encontró la forma perfecta de describir la razón por la cual me levanto con una sonrisa en las mañanas: por encontrar más razones para sentirlas»
Recuerden darle muchos corazones al post. <3