Antes de que lea esto le aviso que puede contener escenas de sexo y violencia moderada y si usted tiene tendencias al morronguismo le aconsejo que no lo lea.
Por si no saben, el Sexting es cuando uno se manda contenido erótico por un dispositivo móvil, y estoy segura que cualquiera que haya estado alejada de su amorcito lo ha hecho. Ya sea que él se fue de paseo con los papas por un mes, que usted está de intercambio o bueno solo viven muy calientes. Así que les voy a contar la historia de una amiga #QuienSabe, y ya ustedes juzgan si muestran teta o no.
Aquí toca como en protección de testigos, por eso digamos que Juan y María siempre tuvieron mucha confianza y se puede decir que una «química» sexual muy fuerte; mejor dicho eso era química, física y matemáticas, así que ya se podrán imaginar.
La cosa es que María se fue de intercambio y pues estando lejos las relaciones se complican, y no porque uno se ponga cual pajarito desenjaulado, ¡No!, ese no era el caso; ella no quería meterse con otros manes, y hasta donde sabemos el tampoco con otras viejas, pero ¿que hacían con el sexo que tanto les gustaba?, pues toco empezar a experimentar, y unas amigas, esas que son bastante liberales, le dijeron pues escríbale cosas sucias, hagan Skype y se calientan, o mándele foticos empelota, eso si NO MUESTRE LA CARA; mejor dicho le dieron consejos de todo tipo, porque ustedes ya saben que en el sexo y en el amor todo se vale.
Ella muy juiciosa, siguió los tips y le dijo a Juan, que intentaran y, pues obvio a él no le molesto la idea; porque aquí entre nos, yo creo que esa es una de las cosas que más le gusta a los tipos. Entonces empezaron con las fotos, ella se creía salida de Soho, él se ponía feliz y también le mostraba más abajito del ombligo, y pues la verdad es que pasaban muy rico, se entretenían y mantenían las ganas, imaginaban cuando se iban a ver y que harían cuando estuvieran juntos.
A mí por eso, el sexting me parece maravilloso; pues si por equis razón uno no puede estar con la persona que le gusta, hoy en día hay muchas soluciones para no sentir la distancia. Eso sí sigan estos consejos.
Primero sepa a quien se las manda, eso es igual que saber a quién se lo da. Usted lo hace porque quiere y con quien quiere, sino que después de enviado, ya no tiene vuelta atrás. Segundo le aconsejo que mantenga su identidad oculta, no muestre los tatuajes (si es que tiene) y si por alguna razón alguien las ve pues usted lo niega hasta la muerte; pues negamos manes, no vamos a negar una foto. Y por último, si le da miedo le comento que hay miles de aplicaciones para tener seguras las fotos, también esta Snapchat en donde todo desaparece en máximo 10 segundos o pues se puede poner tradicional y solo usa la cámara. Así que es muy fácil que sus experiencias sexuales se vuelvan más digitales, si no las puede o no las quiere tener en la vida real.
María lo hacía con su novio, en el confiaba plenamente, y pues si le entrego el corazón, ¿por qué no le iba a mostrar los cuquitos?, les cuento que él y ella ya terminaron y pues aunque le rompió el corazón, ella no tiene la menor duda de que sus fotos están seguras con él, espera que haya borrado las fotos o que las haya puesto con candado, y eso sí, no se arrepiente de haber hecho sexting con él, pues le encantó y lo volvería hacer, ella dice que es otra forma de mantener la pasión, de sentirnos sexys y por qué no creernos un poquito estrellas porno, y si a usted no le gusta pues no lo haga y punto.
No sé si será porque yo tengo la mente más abierta que las piernas o estoy totalmente en contra de la morronguería, pero para mí lo sexual no se tiene que quedar en una cama, y a la hora de darlo todo es válido, lo importante es que sea una decisión madura y muy propia, y si usted está lejos o cerquita o como sea y lo quiere hacer pues hágale.
Eso si no vaya a hacer un video saludando a la cámara, porque de pronto se vuelve la nueva sexy YouTuber, y como en todo hay que tener precaución. Mejor dicho póngale condón a las fotos y haga todo con protección.